Cómo funcionan tus oídos

El oído humano es un sistema complejo y delicado que desempeña un papel crucial en nuestra capacidad para oír y procesar el sonido. Desde el oído externo hasta el interno, cada componente trabaja conjuntamente para captar y transmitir las vibraciones sonoras al cerebro.

Oído externo

El oído externo está formado por el pabellón auricular (la parte visible de la oreja) y el conducto auditivo externo. El pabellón auditivo capta el sonido y el conducto auditivo actúa como un embudo que amplifica las ondas sonoras y las transporta hasta el tímpano. Cuando las ondas sonoras llegan al tímpano, lo hacen vibrar, lo que desencadena una reacción en cadena en el oído medio.

Oído medio

Al otro lado del tímpano hay una cadena de tres huesecillos. Estos huesos se llaman martillo, yunque y estribo, y juntos se conocen como huesecillos. Cuando el tímpano vibra, hace que la cadena de huesecillos se mueva, amplificando las vibraciones y transmitiéndolas del tímpano al oído interno.

Oído interno

La parte del oído interno que procesa el sonido se llama cóclea. Este órgano en forma de caracol contiene miles de células especializadas llamadas células ciliadas que convierten el movimiento de los huesecillos del oído medio en señales eléctricas. A continuación, el nervio auditivo transmite estas señales al cerebro, que interpreta el sonido en lo que oímos. A continuación, el cerebro analiza la escena acústica para ayudarte a identificar sonidos y voces.

Cómo funciona la audición

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Preguntas frecuentes sobre el funcionamiento de nuestros oídos

Las vibraciones sonoras provocan el movimiento del líquido de la cóclea. Este movimiento hace que las células ciliadas de la cóclea se doblen, lo que genera señales eléctricas. Estas señales se transmiten al nervio auditivo y se envían al cerebro, donde se interpretan como sonido.

El nervio auditivo transporta las señales eléctricas generadas por la cóclea hasta el cerebro, donde se interpretan como sonido. Esto nos permite percibir y comprender los sonidos que nos rodean.

Un problema de oído puede afectar a uno o varios componentes del oído y provocar pérdida de audición, acúfenos, vértigo u otros síntomas. Estos problemas pueden deberse a diversos factores, como la edad, la exposición a ruidos fuertes, las infecciones de oído y la genética.

En algunos casos, el oído puede repararse por sí solo si está dañado. Por ejemplo, si se perfora el tímpano, a menudo puede curarse por sí solo si se ha tratado la causa de la perforación. En otros casos, como la pérdida de audición del oído interno, el daño puede ser permanente o requerir intervención médica.

Podemos proteger nuestros oídos evitando la exposición a ruidos fuertes, utilizando protectores auditivos cuando sea necesario y acudiendo rápidamente al médico si tenemos problemas de audición. 

Sí, el oído puede diferenciar entre distintos sonidos en función de su frecuencia, intensidad y otras características. Esto nos permite distinguir entre distintos sonidos del habla, notas musicales y otros sonidos de nuestro entorno.

El oído puede adaptarse a los cambios en los niveles sonoros ajustando la sensibilidad de las células ciliadas de la cóclea. Esto puede proporcionar una pequeña protección frente a los sonidos fuertes y aumentar la sensibilidad de los sonidos suaves para mantener un nivel de audición constante en distintos entornos.

El tinnitus es un pitido o zumbido en el oído que no está causado por un sonido externo. Puede deberse a varios factores, como daños en el oído, pérdida de audición y exposición a ruidos fuertes. El tinnitus es un síntoma común de la pérdida de audición.

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